jueves, 29 de noviembre de 2018

"SE ME CAE LA BABA"

"SE ME CAE LA BABA"


Dejando a un lado aquella etapa del babeo, sí quería establecer una conexión entre ella y en quiénes se están convirtiendo, un flash con velocidad de crucero pero intenso. Hablar de cómo el ambiente, el entorno les puede condicionar, hasta moldear (por desgracia en algunos casos) pero que su mundo interior les pertenece. Ese es inviolable y así deben tratarlo, mimarlo y cuidarlo.
Pretendía establecer una complicidad entre vosotros, familias y vuestras hijas e hijos. ¿Para qué un babero? que les preguntaseis y que ellos os cuestionaran, ya que en esa inquietud es en la que pienso que nace el aprendizaje más hermoso, en el que tu, mamá o tu, papá puedes ofrecerle.
Dinámica de "Se me cae la baba"
¿Objetivos? entre otros, trabajar la timidez, la introspección, la espontaneidad, la capacidad de improvisar, la espontaneidad, ver que puedo intentar realizar lo que me proponga, saberme un ser especial con cualidades que, dentro de mi, voy descubriendo y, en esta ocasión, acompañado por un babero.
Descubrir que tengo a toda mi clase pendiente de mi y que me respetan, que puedo ver sus expresiones, que están demostrándome qué es el respeto, que... "se les cae la baba" que están deseando que diga o haga algo...
Empezamos a calentar motores, esos de las emociones y que, tan falta de "grasa" les hacemos tener, van apareciendo relaciones con el babero. En un principio, relaciones frías, rígidas, previsibles, cuadriculadas (en fin, como este sistema educativo) hasta que despierta ese "YO" que llevan dentro:
- "Se me cae la baba" cuando veo a mi hermana sonreír.
- Cuando veo a mi madre
- Cuando veo a mi abuelo y a mi padre hablando juntos.
- Cuando veo algo bonito
- Cuando huelo la comida de mi abuela
- Cuando veo a mi familia
- Cuando veo un paisaje
- Cuando mi hermana me habla
Y cómo no:
- "Se me cae la baba" cuando veo un pollo asado (te puedes imaginar)
- Cuando veo a alguien cantar...
Tanto en unas situaciones como en otras, verles la expresión y poder disfrutar de cómo toda la clase, deshacía la suya mirando y escuchando. ¡¡¡Gracias, niñas y niños!!!
Tras esta primera fase, les intento llevar a una situación más comprometida. Ponemos una banqueta en lo alto de la mesa del maestro e invito a que quien quiera, se siente en ella e intente hacer que a la clase se se le caiga la baba.
Alguien me preguntaba:
- David, ¿en qué educación crees tu?
La respuesta no la di yo, la dio "Cinti"



- En esta, en la que empieza por una expresión así, por la que hace vivir momentos impensables y casi irrepetibles, por la que contagia, por la que descubre y asombra...el resto viene casi que solo.
Ver a Félix allá arriba y toda la clase "muerta de risa" y como queriendo que ese momento no acabara.


Tras los compañeros que subieron a la banqueta, llega la última.
 Ahora, os miráis unos a otros y haced y poned cara de "se me cae la baba". He de reconocer que ha sido mágico.



Y para regalos, toca el timbre y salen al recreo con su babero puesto.
Deseo que cuando se acerquen a un bebé, recuerden que la vida les ofrecerá muchos momentos y motivos por los que: "Se me cae la baba".