Gracias a tantas personas que vinculan la Educación con la naturaleza, con el oxígeno de la vida, con el sensibilizar de aquello que es nuestro y no nos concienciamos.
Hoy, tras una ruta en bici...
Comparar a nuestras niñas y niños con árboles sería para que me talasen las ideas pero sí quiero hacer una de mis pobres y locas reflexiones.
Otoño y él dando sus frutos. Porque nadie le puede decir cuándo y cómo debe dar al mundo todo lo que en sí lleva. Lo más que puede pasar es que, se retrase por una "mala climatología" pero, él sabe y confía en sí mismo. Es más, observa que sus amigos, se llaman igual, hasta los sembraron el mismo día pero ninguno, NINGUNO verás que te de uno de sus frutos en la misma rama, al mismo tiempo y del mismo tamaño.
Algunos se visten para anunciar que quieren descansar, pero en un descanso activo. Quieren mostrar que, aún en el otoño, aún cuando les toca un maestro o maestra de los que... siempre estarán dispuestos a ofrecer lo mejor de sí.
Algunos se muestran impertérritos y parecen aparentar que las estaciones no les asusta, que el cambio de maestro, no les afecta pero, es con ellos con los que hay que volcar todo el potencial que tengas, ya que, intentan estar pero en muchos casos, no dejan saber cómo están.
Los hay perenne y aquí quiero subrayar la incondicional postura de esas niñas y niños que te aman, que te absorben, que te quieren aprehender porque en esa condición, tu ser perenne NUNCA debe acomodarse.
Porque hay algunos que, cuando te acercas, sacan sus púas pero no para rechazarte sino para hacerte ver que les cuesta aceptar que le conozcas o simplemente porque no se sienten seguros.
Están los elegantes durante todo el año pero, no podemos caer en el error de quedarnos a contemplarle como si lo hubiera alcanzado todo, porque en su figura denota esa necesidad por querer descubrir.
Porque infravalorar a uno de ellos, debiera ser una condena. Jamás debiéramos hacer una valoración precipitada y menos aún sin saber esperar porque, el fruto más hermoso es el que va naciendo desde lo cayado.
Algunos parecen que lloran mimos o quizá incomprensión, es por ello que, el estar cerca, el escucharles, nos dará cierta certeza de saber cómo se encuentran.
En su soledad jamás verás inseguridad. Porque los hay que lejos de apartarse, quieren contemplar al mundo desde una perspectiva que no es la nuestra y no por ello se debe pensar en un trasplante, ni en creer que le sucede algo.
Majestuoso y con el anonimato de quien crece sin querer que le señalen, es más, sabedor que muchos le cuestionan pero que, dentro de sí, lleva un corazón lleno de vida y de aromas, con propiedades que, su sonrisa, hace calmar la tos.
Porque quien hace diferente a cada uno, no eres ni tu ni yo, son sus características, sus tiempos, su forma de ver y vivir, porque para lo que a tu parecer puede estar lleno de elegancia, para mi puede estar lleno de ocaso.
Porque ellos saben convivir en cualquier circunstancia. es más, tienen amigos casi desnudos, esqueléticos que, lejos de envidiarles, disfrutan de su aspecto.
Porque su aspecto solemne, ni tu ni yo somos quienes para cuestionarlo. Porque por mucho que nos empeñemos, siempre intentarán mirar hacia arriba, a sabiendas que, cuando sientan en sus adentros algo que desconocen, no tendrán ningún reparo en mirar hacia abajo y descubrir que, al igual ha nacido un pequeño "amigo" mirarán al cielo en sus vidas porque la forma de crecer es hacia fuera y por y para sí mismos y para los demás.
Porque los frutos nunca se deben precipitar. Porque al igual, un sólo limón, puede cobrar más valía que un kilo de su amigo, porque las circunstancias NUNCA serán las mismas y eso, creo que no podemos perderlo de vista.
Disfruta de todos los "árboles" de los que puedas tener el privilegio de tener a tu lado, deja que sus ramas te acaricien, déjales bailar cuando lo necesiten, llorar cuando lo sientan...porque el Otoño es quien te hace advertir que no es primavera y que, cada "´arbol" desea hacerte feliz cuando le miras.
Porque hay árboles que te mostrarán una sonrisa en primavera y te la esconderán en invierno y habrá otros que te sonreirán todo el año y otros que sólo lo harán en otoño. De ti depende el querer descubrir que, "todos los árboles" sonríen independientemente de la estación del año que sea.