Javier Romero Bapne, puede que esta dinámica, la emoción de pensarla, de "arriesgarla" de sentirla, de participarla, de... de tantos y tantos "de" se deba a presumir de conocerte "nada" pero saber que tu CEREBRO vive y piensa por cada niña y niño por cada `persona que, en el ocaso de sus días, piensan que todo es resignarse y ahí, irrumpes con tus ritmos, con tu SER, con tu EQUIPO, con las infinitas horas de investigación en POS de creer que, la alternativa al problema, radica en mirarle y no en eludirle. En pasar por la vida casi de puntillas.
¡¡¡GRAAAAACIAAAAAASSSSS!!!
Los personajes nos ayudan a descubrir que crecer no está reñido con los ritmos del cuerpo, con desinhibirse, con acercarles a las matemáticas, a la capacidad de interrelacionar esas áreas parceladas por ridículos horarios y que les aleja de la integridad de cada SER, porque, en la globalidad de la Educación, está el sentido de la misma.
Cada niña y niño, tiene su personaje y deben "desmenuzarlo" letra a letra acompañados de sus manos y cuerpo. Hasta ahí, perfecto, pero, lo harán por parejas. Primero uno, después el otro, acto seguido lo harán al mismo tiempo. ¿Imaginas qué capacidad de abstracción y concentración?
Les sale un auténtico "churro" pero... ¿dónde está el problema?
Cuando terminan, les espera abrazar a las matemáticas en esa emoción que encierran los números, o en el lenguaje de saber componer, de clasificar y crear la poesía más bella al discriminar el número de sílabas que suman ambos personajes, de saber restar el número de letras de un personaje a otro, o quizá del producto de ambos...
y quizá, lo mejor es la siguiente dinámica, en la que, sienten que, el confundirse, el "ganarse", el tener un chorro de caudal lleno de ímpetu, puede encontrarse con la posibilidad de crecer de forma conjunta, de llegar a acuerdos sin hablarse.
Es inútil intentar explicar lo que se vive porque, sería faltar a lo que sienten y como lo sienten.