jueves, 1 de noviembre de 2018

CAPÍTULO VIGÉSIMO SÉPTIMO

CAPÍTULO VIGÉSIMO SÉPTIMO

Porque quiero que las etiquetas desaparezcan hasta de la ropa
Al igual con esta imagen pudiera resumir cuál es mi deseo, si bien la intención no se centra tanto en hacerlas desparecer, si verdaderamente se entienden como un motivo más para apostar por ellos, por invertir mucho más en ellos.
Colgar etiquetas es casi sinónimo de sentencia y de saber que no se puede hacer más, algo o nada. Cuando debiera ser todo lo opuesto,  un auténtico motivo para la "esperanza" para dar respuestas.
¿Por qué a continuación enumero algunas de ellas? bien sencillo, porque detrás o delante de cada una, se encuentra una niña, un niño que quiere crecer en la vida, ser parte de una sociedad que no señale ni margine, que encuentre sentido a la Educación desde ella y no fuera de ella y porque hay familias que, aunque para alguien, puedan resultar simplemente un dato estadístico o incluso un problema, para ellas son sus vidas.
Dificultad de aprendizaje:
-Trastorno de déficit de atención con hipertactividad, visto y leído así, parece una condena a la resignación, incluso un diagnóstico casi que intratable y si lo leemos así TDAH, pues lo mejoramos. Pues sí, detrás o delante, quien está es una niña o un niño.
- Dilsexia.
-Inmadurez viso-motriz.
- Trastorno mixto en el Aprendizaje.
- Trastorno especial en la lectura y discalculia (dificultades de aprendizaje de las matemáticas...)
- Trastorno de...
Tener dificultades de aprendizaje y de atención "NO SIGNIFICA QUE ALGUIEN NO SEA INTELIGENTE"
Una cosa son las dificultades de aprendizaje y de atención y otras las discapacidades intelectuales
(con todo mi respeto y admiración a tantos profesionales que, de vocación, están dedicados a este mundo y que apuestan cada día por esclarecer y ofrecer pautas de actuación tanto a las familias como a equipos de orientación, centros...).
No a las etiquetas o estigmas que las familias parece que tienen que aceptar sin más, como si fuera La Peste del siglo XXI, cuando en realidad, la verdadera enfermedad reside en cada mente que cree que con colgar una etiqueta, el problema está resuelto.
El campo de la investigación está para llevarlo a término, todos los avances y descubrimientos deben orientarse a profundizar en cada caso concreto, como excepcional, porque cada niño lo es y no para cerrar puertas  y colocar la muletilla de "es lo que hay".
Siguiendo con más DA (dificultades de aprendizaje) que leído así, parece casi intimidar, ya nos vale. Vuelvo a insistir que tras o delante (prefiero con ellas) existe una niña o un niño.
- Trastorno de procesamiento auditivo central.
- Trastorno del aprendizaje no verbal.
- Déficit perceptivo visual / motor visual.
- Afasia
- Discapacidad motriz auditiva ( genética. adquirida o congénita)
- Visual
- Intelectual
- Autismo, TEA trastorno del espectro autista (casi nada visto y leído así) intensa concentración de una persona en su propio mundo interior y la progresiva pérdida de contacto con la realidad exterior. Dificultades con el lenguaje, la comunicación. Con los distintos grados de autismo que van de moderado a grave.
- Síndrome Asperger (cuando en muchas ocasiones parece que si no lo pronuncias de una forma determinada, no sabes de qué estás hablando, cuando en realidad es de QUIÉN estás hablando) responde a condiciones neurológicas concretas, conjunto de características mentales y de conducta que forma parte de los trastornos del espectro autista, nombrado así en memoria del médico austriaco Hans Asperger (otra persona, no una etiqueta ni estigma).
- Síndorme Heller o trastorno desintegrativo de la infancia.
- Trastorno generalizado del desarrollo no especificado.
Hablamos también de las etiquetas a las altas capacidades intelecutales, dejando claro que tener una capacidad intelectual superior y por tanto, un funcionamiento mental más rápido, no garantiza un desarrollo social, afectivo y personal igualmente avanzado.
Los superdotados, el niño con talento, el precoz, el prodigio, el genio, la eminencia...
Y así, podría seguir enumerando tantas y tantas que, en ocasiones se cuelgan por una conducta sujeta a algún acontecimiento en el ámbito familiar que desconocemos ( el inquieto, ... pero me niego)
 Hay que advertir que, no es lo mismo hablar de un síndrome, una enfermedad y un trastorno.
Que es cierto que si no existe la demanda, ¿cómo justificar que se invierta? No vale poner el grito en el cielo y después "nos apañamos" con lo que hay. Nuestros niños no merecen que se "apañen" ellos merecen y necesitan una implicación real y efectiva.
Porque tendemos a  poner y a leer la etiqueta y con ella definimos completamente a la persona, es más, le asociamos "el" o "la" para dotarla de más intensidad. PERSONAS.
Porque poner una etiqueta a una niña o un niño, debería ser considerado cuando poco, como un delito.
Deseo que las familias no cesen en su empeño por reivindicar el derecho a la Educación en toda su dimensión y demandando todo tipo de recursos, planes, modelo educativo... y que al mismo tiempo, se realice un ejercicio de concienciación  y sensibilización que comience por la colaboración y la predisposición.
Y desde aquí y basado en las investigaciones de Rosenthal y Jacobson en 1968, el efecto Pigmalión cobre fuerza y protagonismo en su mundo, descubramos cuán de importante llega a ser nuestra presencia y actuación con nuestros hijos, tener muy claro hasta qué punto les llega a condicionar cómo pensemos de ellos, el mundo de sus emociones, que actúe en todos nosotros como el primer estímulo y fuente de expectativas.
Ojalá que la única etiqueta que exista sea la de SOY PERSONA y el deseo por creer que merece la pena. Porque LO MERECEN.


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