miércoles, 30 de enero de 2019

CAPÍTULO TRIGÉSIMO SEGUNDO

CAPÍTULO TRIGÉSIMO SEGUNDO

Porque quiero descubrir que mi Inspector, sois vosotros, cada niña y niño.



Puede parecer que iniciar así esté capítulo, ofrezca la posibilidad de renunciar al último imperativo de esta imagen. Es tan sencillo transformar cuando se "ama" :
LEE, PIENSA Y HAZ LO QUE SIENTAS. Siente, imagina, sueña y la lectura y tus pensamientos te llevarán al sueño de una Educación vestida de colores.
Quizá haya que analizar tantas y tantas situaciones en las que, la sumisión, borra la identidad de un sueño, tal vez, pensar en ellos y ellas, los Inspectores, te lleve a esa reflexión pero...
Decir que es un cuerpo desaprovechado (en muchas ocasiones) alejados del aula por la carga de trabajo, en otras ocasiones por motivos que, ¿pueden tener que ver con la vocación?, tanta burocracia; además entorpecidos por la Administración, puede parecer algo atrevido pero como anuncia este capítulo, quiero descubrir su figura en cada niña y niño porque, en sus "grandezas" es posible que encuentren y den sentido a ese comentario inocente de Sergio:
- Quiero conocer al Inspector porque, me han dicho que se preocupa por la mejora de los centros y por la Educación, porque, según eso, deben ser personas muy poderosas.
- ¡¡¡Nooooooo!!! Sergio, ¡¡¡Noooo!!! de eso nada, aquí las personas poderosas somos nosotras, porque, un Inspector que yo conozco me dice que "bebe" los vientos por estar con nosotros en clase, por vernos reír porque así rejuvenece, por vernos entrar y salir, dar saltos y ...por ser nosotros los que les hagamos las preguntas y no para pillar sino para jugar y ayudarle, para hacerle disfrutar y sentirse cómodo, para descubrir que, al creer en nosotros, se abre una dimensión real de todo lo que tienen que desempeñar en pos de esa mejora para la calidad de la Enseñanza.
Le decía María a Sergio.
Porque si de las funciones más relevantes de un Inspector son las de controlar, evaluar, asesorar e informar, quiero que todo eso, se contagien de vosotros, niñas y niños. Controlar tu actitud y conducta como principio y pilar en ese proceso de aprendizaje, de tu persona y de todo lo que ello conlleva. Evaluar pero, no como piensan los demás de ti, esa parte, sáltatela y preocúpate de tus progresos y tropiezos y no ocultes aplaudir y reconocer que necesitas compañía y ayuda. Asesorar pero no a los demás, para ello, es preciso hacerlo hacia ti mismo. a ese mundo interior, ese que te llena de emociones y experiencias porque, soplar a una brújula, es no dejarla ser ella misma y confundirla. Informar de todo lo que sea susceptible de cambio, porque seguro que en ese procesar modificaciones, se respira la posibilidad de optimizar los tiempos, recursos y relaciones.
Sólo así, sumando tu persona a la de otras tantas, contribuiréis a que la figura de un Inspector, no se vea infravalorada y además, ¿sabéis un secreto? en cierto modo, le estáis comprometiendo a haceros caso.

Cuentan que un día, dos extraterrestres viajaron a la tierra, ambos pasaron una larga temporada en ella para hacer un estudio sobre los "terrícolas". Pasado ese tiempo, ambos volvieron a su nave nodriza y a ese espacio intergaláctico. Fueron interrogados y, mientras uno decía que estaba deseando salir de aquel lugar, que todo se le hizo muy largo, el otro pedía y suplicaba que le dejaran volver hasta allá para quedarse a vivir allí,
Para el primero, el interrogante fue breve:
-¿qué has visto para sentir tal rechazo?
Le preguntaba el ser Supremo
- He comprobado que pierden mucho tiempo en burocracia, papeles para un lado y otro, fechas puestas más al antojo y amenaza que a una solución real, reuniones estériles ...
Al segundo todo fue más sencillo:
- ¿Qué has visto para pedirme incluso que quieres volver para quedarte?
- "Ser Supremo" he descubierto las lágrimas, las sonrisas de verdad, las miradas cómplices y de admiración, el jugar a divertirse pero también a aburrirse. He visto a muchos niños soñando con los ojos abiertos pero, además de todos estos motivos y otros tantos, lo que me ha hecho tomar esa decisión es que, cada mañana que pasaba por un cole, prácticamente, todos los niños llevan dibujado en sus rostros esa fe ciega en creer que es posible mejorar la educación. Lo siento pero me han hecho ser un poquito más humano.
(Quédate con el Inspector que prefieras)
Esa es la inspección que necesitamos y para ello es preciso hacerles más caso y tomar nota, al decir esa Inspección, es referirme a ellas y ellos, a esa niña que te enseña cada mañana cuál debe ser el primer objetivo, a ese niño que revienta los estándares cuando le preguntas que qué está haciendo y te dice, sentado en su silla:
- Estoy descubriendo en una isla el tesoro que necesita la Educación para dejarme ser más libre y más yo.
Es una invitación a cada Inspector a elevar el grito y a tomar conciencia que, vuestros mejores aliados no se encuentran allá arriba, en esa nave Nodriza, sino en las aceras y bordilllos de sus miradas y pensamientos, porque sólo así, a esas personas que viven en los espacios intergalácticos se les pueda hacer ver, que en lo "chiquitito" es donde reside gran parte de la respuesta y la verdad.
No al desánimo de aceptar quedaros en esa nave porque, como María, hay tantas y tantos niños que os necesitan...
Decía aquel filósofo: " Lo único insostenible en el mundo, es cuando renunciar a vivir para y por aquello en lo que crees"
Nunca dejéis de creer en ellas y ellos, ¡¡¡ por favor!!!

Quiero invitaros a recuperar esa infancia que, tal vez se encuentre olvidada, quizá dormida y que seáis un tigre en una historia, un zapatero, un árbol, una constructora de sonrisas, una princesa en perdones...porque no os quiero lejos del aula ya que es la "fórmula secreta" para sentiros cada día más jóvenes y aprender a aprehenderles porque es la garantía de crecer como Inspector.
Es cierto que uno de los motivos de toda esta situación que se padece, es la falta de tiempos o incluso de no saber gestionar esos tiempos pero, es el mismo tiempo que les estamos robando a ellas y ellos con tantas tareas y perfiles de niños agendas.
Quiero dejar el capítulo abierto con una sencilla reflexión que un día leí:
- "El alma de un maestro, no se puede valorar en líneas y papeles"