viernes, 10 de abril de 2020

CAPÍTULO TRIGÉSIMO SÉPTIMO

CAPÍTULO TRIGÉSIMO SÉPTIMO

                                                                     ¡¡¡Gracias!!!



Porque quiero que me enseñes a escuchar con "La oreja verde" esa que las niñas y niños tienen, expectantes y predispuestos a todo aquello que les emocione.
Haciendo mía una expresión de tu libro, "Los niños oyen más allá del silencio"
Si aprendo a escuchar como lo hacen, lo primero sería intentar establecer un canal de comunicación real entre familia y escuela, donde las tutorías no quedasen encasilladas en la penuria de horarios y donde la evaluación fuera mucho más allá del interés por unas rancias notas.
Esa oreja verde con la que aprenda a escuchar esa necesidad de cambio, de novedades que verdaderamente se centren en sus intereses. Porque escuchar es dotar de vida a quien está hablando y nosotros, ¿no crees que tenemos ya "excesiva" vida?, es acoger en cada palabra, el deseo de llegar a ti y a mi, desde un acontecimiento, experiencia o inquietud.
Quiero escuchar con esa oreja verde donde las meriendas se conviertan en una fiesta de valores, añadida a la importancia y necesidad de descubrir, lo esencial para el cuidado y mimo de sí mismo como persona.
Esa oreja verde que tinte de esperanza sus vidas y para que cuando entren en el cole, tu maestra y tu maestro, tengan la certeza de que la tuya, es VERDE, siendo así... te aseguro que hasta la noche y el día encontrarán el momento de convivir juntas para descubrir que tanto en la oscuridad como en la transparencia, la diversidad ofrece motivos maravillosos para escuchar como ellas y ellos lo hacen.
Escuchar con esa oreja verde es admitir que estás en predisposición para ser testigo de la toma de decisiones más apasionante, las suyas y de ahí, adquirir un aprendizaje que se te regala desde sus mundos.
Esa autonomía que se pretende lograr en este añejo currículo que deje de ser una quimera para ser una realidad en sus vidas, porque tu eres capaz de llenarla de sentido y llevarla a término, si aceptas escuchar con esa oreja verde sus demandas.
Esa posibilidad de hacer de los espacios y los ambientes, la proyección de sus sueños e inquietudes, para que descubramos de una vez el abismo que separa sus intereses de los que les "impone" este sistema y cuando empleo el término imponer... ¿acaso alguien ha contado con ellas y ellos?
A todas esas personas les regalamos esa oreja verde desde el cariño y respeto, desde la esperanza para que, en el mañana más próximo, aprendamos a escucharles y no sólo a oírles.
Kilpatric, diseña un enfoque globalizador del aprendizaje partiendo de... ¿quiénes? lo has adivinado, pues claro, de sus experiencias y situaciones cotidianas, de ahí que los temas artificiales y sobrecargados, presentados muchas veces desde una perspectiva adulta, ¿es posible que queden un tanto descafeinados?
Si se apuesta por unos principios pedagógicos donde el aprendizaje significativo, la identidad y diversidad, la investigación, la globalidad, la evaluación PROCESUAL...
Quizá el trabajo por proyectos puede que "arrincone" a la maestra y al maestro dentro del aula, pero es una oportunidad preciosa para comprobar quiénes son los verdaderos protagonistas en todo esto.
Y ahora comparto contigo una reflexión:
"Cuando el maestro se equivoca no sucede nada, en cambio, cuando una niña o un niño lo hace, es sometido a juicio"
Quiero que me enseñes a escuchar con esa oreja verde donde la humildad y los errores sean la oportunidad de nuevos aprendizajes y complicidad, de misterios e ilusiones, donde la rigidez no encuentre forma o manera, donde primen los procesos sobre los resultados.
Carmen, gracias por abrir cada día esa posibilidad de llegar al cole y que una niña me diga:
"A mi bailando se me quita el enfado"
Porque descubrir que una misma situación, la forma de canalizar el conflicto pueda generalizarse, me hace temblar y ojala la educación comience a respetar el universo de cada niña y niño en base a sus características y a su entorno.
Gracias por, como me gusta llamarle, esa "espontaneidad planificada".
Gracias por ayudarme y enseñarme que, en el escuchar existe la intencionalidad por parte de la persona, mientras que en el oír, la acción implícita es percibir (que no es poco) un sonido, a alguien que dice algo... me quedo con esuchar si se puede elegir.
¡¡¡Graaaaciaaaaaasssss!!! por esa oreja verde de la escuela y, ojalá que algún día pueda decir que aprendí a escuchar como ellas y ellos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario