sábado, 9 de noviembre de 2019

CAPÍTULO TRIGÉSIMO SEXTO

CAPÍTULO TRIGÉSIMO SEXTO

"Porque quiero que me ayudes a descubrir a mi Madre como mi todo"


Quizá sea el capítulo en el que menos investigue, quizá sea uno de los capítulos en los que, al igual esa corriente de educación emocional debiera tomar nota, y bien sabes que no es por mis palabras ni reflexiones pero SÍ por quienes son. "MI MADRE" (¿mal expresado?) Pues deja de leer.
No me pararé más que lo justo en apostillar que, cuando a un problema se le alimenta, lo que se logra es más problemas. Claro que me apena ver que el papel de la Mujer, sigue relegado a un segundo plano y, no te engañes, da igual de un lado que de otro. Pero lo que me duele es que, por encima de ser mujer y, en este capítulo en concreto, MADRE  se le tenga como la acompañante en discordia, como la que cambia pañales, la que olvida la merienda (ahí, con todo mi cariño y admiración, os tiraría un pellizco. A ser responsable se "mama").
Ser Madre, es dar vida y, como publiqué en el artículo anterior sobre la Envidia... quizá sea el anhelo más grande y desconocido (por mucho que acompañes en ese proceso) esa incógnita que os hace crecer hasta esa inmensidad.
Ser Madre es la primera escuela y la mejor pedagogía desde el amor. Esa les acompaña, nos acompaña toda la vida, ser Madre es sentir cómo los ojos se llenan de admiración, de aprendizajes, de paciencias y cariños.
 Ser Madre, al igual, es lo que nos hace falta a cada persona que tenemos la "dicha" de estar cada mañana con tu hija y o con tu hijo pero, no nos lo eches en cara, ayúdanos y sobre todo, que la línea de cariño, vaya cogida de la mano. No les hagas creer que mis horas a su lado no valen, que a mi, no me importa verles felices, sentir cómo disfrutan, creerse ranas, mirarse y comprobar que, al igual, además de ser acompañantes en sus vidas, en ese maravilloso proceso de crecimiento y descubrimiento  tienen a un ser especial, no porque en si lo sea sino porque entre tu, Madre y ellos lo hacéis.
No quiero creer que ser Madre es establecer distancias entre ellos y yo, levantar muros o construir trincheras. Ser Madre significa, para mi, rendirme a tus palabras, a tu mirada y preocupación, a tu inquietud y deseo pero jamás a un teatro, nunca a un interés personal, por nada a una rencilla, imposible ante una mentira porque... (y hablar de mentira es porque hay otra parte que defiende su verdad. Si... pero no la de ellas y ellos)
Ser Madre es creer que mi todo nació cuando me sentiste, cuando aquellos nueve meses (¿ves que son lo que dura un curso?........) te hicieron la primera "pedagoga" de mi vida, es por ello que a ti, Madre, te pido entre otras cosas a "enseñarme" cómo ser Madre en la Escuela pero, piensa que seré Madre de muchas más niñas y niños, (Madre siendo un hombre... para quien presume de pastar en diferencias") piensa que, desde lo que me conoces, crecer como Madre no es ver a un hijo ser el mejor, ser el que destaca, ser el que nada necesita, ser el que señala sino verle contemplando y valorando todo lo que vive, sabiéndose acompañado, capaz de tomar iniciativas y de confundirse.
Ser Madre puede que sea una de las áreas pendientes de esta "MIERDA" de sistema educativo al que les tenemos sometidos. No por ello os exime de no enseñarme a estar cerca de ellos.
No busquemos pretextos en la incompetencia porque, desde la dimensión de ser Madre, hasta quien no lo es, para mi, lleva implícita esa mirada que para mi querría.
Quiero con toda mi alma (al igual, es una expresión que se aparta de tanto "gurú" en Educación y lo siento pero, resulta tan triste) que me "ENSEÑES" a ser Madre, quizá la Educación os deba tanto que, saber cómo reconocerlo, sea una de las mayores TORPEZAS. Hasta un objetivo que no interesa.
Ser Madre es festejar que, la vida de un niño tiene un sello de garantía, el de CARIÑO.
Sabes que no hablo contigo casi nunca y eso puede ser un error pero, te pido una cosa atrevida y osada, es un disparate pero, si me ayudas a sentir qué es ser Madre en la Escuela, puede que sea uno de los motivos para que todo cambie.
Madre de todos porque, en la pluralidad, aprenderán a observar la mirada de las demás Madres.
Alguien me decía:
-"David, la Madre que es Madre no vive por su hijo, no se anticipa a lo que le va a suceder, no justifica sus errores, no se tumba para que él no caiga. La Madre vive a su lado, es testigo de lo que experimenta, aprende a ser Madre con sus errores, se tumba en el suelo para cuando cae..."
Ayúdame porque en la medida que lo hagas, te aseguro que intentaré contribuir a su felicidad.
La imagen tiene el color que, cada mañana, "quieras" pintar a tu hija y o hijo. Sólo te pido que les ofrezcas y permitas conocer la inmensidad de tonos que existen. Que, al igual, el que le gusta es maravilloso  pero son tantos...