Ojalá que mis manos pudieran escribir, al menos, un poco de lo que estas manos que ves, fueron capaces de enseñarme el otro día, No creas que son manos ajenas a lo que tu amas y yo persigo, una Educación con sentido y hecha para que disfruten desde los más mínimos detalles.
A simple vista pudiera parecer una partida cualquiera de dominó pero, debo confesarte que los integrantes de esta partida, son verdaderos Maestros del entusiasmo, del querer descubrir y como, a uno se lo ponen tan fácil, pues a "sacar petróleo"
JUGAR, qué novedad ¿verdad?
Para justificar a "qué jugamos" en nuestras clases, decirte que el juego es uno de los elementos modelador del comportamiento, con todo lo que eso conlleva, hasta el punto de predecir cuál puede ser la reacción en un momento determinado, respondiendo a interacciones que, puedo asegurar que emocionan más allá de lo previsible, ya que, la finalidad última de un juego es GANAR... pues no, en mi cole de "Villa Arriba" el fin último es ayudar a ganar, ¿cómo? bien sencillo, la finalidad es descubrir que puedo ayudar, la cooperación y entrega hacia mi compi para que en la suma de intenciones, lleguemos a la satisfacción de ver que lo hemos logrado.
Asunción de normas y disciplina, de tiempos y razonamientos, de respuestas a una estrategia, una toma de decisiones en las que, al igual, se confunden, pero eso "se confunden" no les guiamos a una confusión.
Tomando prestado los beneficios de otro juego de mesa que, también vamos a abordar en este curso, destacar la importancia del juego como elemento de unión entre las personas; te enseña a ganar y perder (aunque ya hemos dicho en líneas anteriores que todo depende de cómo se enfoque) les ayuda a concentrarse, desarrolla la creatividad y aumenta la autoestima. Es un vehículo facilitador para resolver problemas, fomenta la memoria, trabajar en equipo, mejora su inteligencia emocional además de ejercitar el cerebro y ...
Si a todo esto añades que es capaz de "traer" a la familia a la escuela, imagínate. En esta partida, ha estado presente el abuelo de una de las participantes con un orgullo que pocas veces, en estas edades se les puede escuchar, pero además diciendo que a su padre le "ganaba" porque su abuelo le enseñaba a jugar ( quédate con lo que de su corazón salía y no con el trasfondo de ganar o perder) es un elemento tan motivador y bello que, por sí mismo es capaz de hacernos ver que, aunque el ritmo de la vida es de vértigo y nadie sabe qué será o acontecerá en diez años, saber pensar y sobre todo aprender a saber pensar, no tiene fecha de caducidad.
Bueno y... ¿el final de la partida? es bien sencillo. Las fichas "pesan" y en esa idea, entienden que cuando una partida termina, quienes se quedan con más puntos, son quienes más problemas encontrarán si no dan respuesta a la norma.
Si te quedas con unas fichas como las de la imagen, deberás sumar el número total de puntos y si deseas conservar esa puntuación, necesitarás "tirar" de ingenio y decir tantas palabras relacionadas con nuestra área como puntos, en este caso serían 10.
Quien se queda sin fichas, es decir, quien gana, no tiene que decir palabra alguna y suma las mismas que la persona que más puntos ha tenido en sus fichas al finalizar la partida. Como ves, eso de perder, con esta estrategia, queda relegado a un segundo término. Por tantas partidas, en la vida, al lado de seres tan maravillosos.