Podría buscar un encabezamiento recurrente y atractivo pero, no quiero que se pierda nada de la magia que, cada mañana recibo.
En esta imagen, puedes ver el exterior de mi clase que se sitúa, en el ala opuesta a la entrada de nuestro "cole" . Pues bien, fue por septiembre, cuando una mañana, 8:45 horas, aproximadamente, al subir la persiana, me encuentro allí a varias niñas y niños para desearme un buen día. Confieso que no sabía si era real o un sueño, si merecía aquel regalo o no, pero, lo disfruté y comencé la mañana, con más ilusión, si cabe. Desde entonces, eso se ha convertido en un diario, ellos en la acera y yo, desde mi clase, por esta ventana que ves en la imagen, nos saludamos, intercambiamos impresiones, comentamos qué tal hemos descansado, cómo afrontan el nuevo día... son unos minutos preciosos donde, RECIBO UNA DE LAS CLASES MÁS LINDAS DE MI VIDA.
Llevaba tiempo en una encrucijada, compartirlo o no. De no hacerlo, en primer lugar, es tan grande lo que me hacen sentir que sería de un egoísta sin proporciones conocidas y por otro lado, cómo no, una vez más, exaltar la naturaleza que tienen y saborear lo hermoso que puede llegar a ser, verte tan minúsculo ante ellos.
Mañana en el "buenos días" encontrarán este sencillo texto pendiente de un lazo de color para que cojan el que deseen y para que, a ser posible, les ayude a seguir descubriendo que las emociones, no se pueden estudiar como un catálogo, esas hay que sentirlas, provocarlas y después... seguir encontrando motivos para emocionar y emocionarte.
¿Ser un privilegiado? acércate a ellos y comenzarás a descubrirlo.