martes, 18 de diciembre de 2018

Y DALE CON LAS NOTAS

Y DALE CON LAS NOTAS


Hace unas semanas, publicaba un recorrido por la naturaleza, en concreto por la diversidad de árboles, distintas tonalidades, formas... y el otoño me regaló una sencilla conclusión:
- Si los árboles son diferentes y cuando los miras, te quedas admirado por sus formas, por sus diferencias, por cómo lloran, por cómo bailan, por como ríen...CUÁNTO más, cuando entras en tu cole y los árboles se llaman PERSONAS.
Pues bien, hoy, recogiendo hojas de un mismo árbol, con la ayuda inestimable de mi hija y con la sorpresa de Maickel e Iker, hemos estado, juntos en el parque, ni una sola hoja era igual, ninguna tenía los mismos tonos, las mismas manchas por la humedad, ninguna obedecía a un modelo llamado estándar ( dichosa palabrita).


Ver sus expresiones, su ilusión por hacer, por crear e imaginar... es lo que a las familias nos debe preocupar de ese "maldito 10".
Ya comenté en alguna ocasión anterior que, "un niño es un 10 por naturaleza, es la sociedad quien se encarga de bajarle la nota".
Y desde el mayor respeto y admiración, "familias" por favor, dejad de preocuparos por ese número. Creo que estamos poniendo el punto de mira en lo que a ellos, no les interesa. repito, NO LES INTERESA, es a nosotros, los "adultos" y no tenemos ni idea del daño que les estamos haciendo. Y cuando digo, no les interesa, me refiero a esa competitividad porque al a postre se quedan con que el  cole, es una batalla por ser más que nadie, cuando en realidad, el cole no debiera marcarse esas metas.
"Dame niños que sean mucho tiempo felices y obtendrás una sociedad mucho mejor"
Muchas teorías, estilos de aprendizajes, corrientes, metodologías, mucho de todo los muchos que quieras menos del más importante. Mucho cariño, diálogo y comprensión.
Si en la Educación, no hacemos por dejar las medias tintas, e intereses que lo único que hacen es convertirles en niñas y niños infelices, lo siento pero todo lo que están viviendo, el día de mañana, nos lo recordarán.
Ojalá que sus recuerdos sean momentos para sonreír, para hablar, para celebrar pero nunca para lamentarse.
No es un secreto el hecho de que no crea ni en este sistema educativo y mucho menos en su evaluación porque, para empezar, ¿dónde está la nuestra? pero lejos de eso. De 0 a 10 (torpeza tras torpeza) y antes Necesita Mejorar (vale, ¿y yo?), Progresa Adecuadamente ( palmaditas) y la próxima ¿cuál será?.
La evaluación debería centrarse no tanto en el logro de lo adquirido y si en aquello que está dispuesto a adquirir, en la libertad para decir qué ven como interesante y aquello susceptible de cambiar, abandonar esas torturas llamadas trimestres y sus prisas, dejando más libertad y autonomía a los docentes y por supuesto a ellos. La evaluación debería comenzar por eliminar ese indigesto currículo donde cada año se cambian letreros y poco más.
Y mientras que esto no lo cambiemos entre todos, muchas mañanas no querrán ir al cole, no entenderán muchas de las cosas que les hacemos vivir.
Y porque como ellas y ellos dicen y me llaman maestro, debo ser discreto en mi opinión pero jamás aprobaré la cultura del 10 asociada a la niña o niño que más sabe o que es más inteligente.
¿Qué es saber más que quién? ¿Qué es ser tan inteligente como para un 10?
Porque la interpretación del 10 no es aquella que otorga prestigio al docente, ni le llena de todo lo que ni necesita y mucho menos le ayuda. Cuánto menos aún, es el resultado de unas conclusiones que erróneamente, podemos sacar las familias. Nos obsesionamos en formarles para su futuro ( casi que sin contar con ellos) pero muchas veces, olvidamos su presente.
Decía aquel que:
" El deseo del "10" no es más que los miedos y temores a creer que no vamos a saber estar y acompañarles en su proceso"