MOCHILAS LLENAS PERO DE ...
Hoy he tenido la oportunidad de realizar una simple dinámica aprovechando la historia de un cuento popular coreano "La almohada maravillosa". Tras el cual, he portado mi mochila sobre la espalda, llena como no podía ser de otra manera y así comienza todo.
Me coloco delante de ellos y les pregunto:
- Mi mochila ¿de qué pensáis que está llena?
Podría resultar presuntuoso si te digo que de 75 niños con los que he hecho la actividad, ninguno me hubiera dicho libros como respuesta.
Me he colocado con la espalda ligeramente inclinada hacia atrás, ¿te resulta familiar la postura, verdad? y he intentado despistarles pero... nada. Lo que llevaba en la mochila era un peluche, protagonista de nuestra historia. Sus respuestas:
- Latas, canicas, un coche, un muñeco, una pelota, botes vacíos, un perro, un gato, juguetes, pañuelos, agua, un bocadillo, comida, cuerdas, tarjetas para jugar... y así hasta que llegamos a una conclusión que a la vez de evidente, particularmente me resulta cuando menos triste.
Es normal que no quieran pensar en libros ya que todos los días, amanecen con esa carga como saludo de buenos días y no basta con portarlos sino que también, día a día, los tienen que volver a llevar para casa.
Están demandando más tiempo de juego en sus vidas y eso no se suple ni con tablets, ni con móviles, ni con ...
Creo que lejos de crear el hábito de acercarles al libro, es casi que normal que cuando escuchan hablar de libros casi que salgan corriendo
Parece que no quiero libros cuando en realidad los considero como uno de los amigos más fieles que tenemos y que con paciencia siempre nos esperan. Pero, me encantaría ver cómo los libros descansan, al menos un par de días en las clases, es la forma de dejarles, esas tardes, libres a los niños para ser niños y de paso, a los libros descansar de tanto trayecto y, ¿por qué no? a las familias. Obviamente quien más lo agradece es la espalda de cada niño.
No olvidemos que el horario laboral de muchos de nuestros niños, llega a ser más larga que la de muchos adultos y, si eso no es atentar contra los derechos de la infancia, ya me dirás tu.
Quiero que piensen en libros pero....
No entiendo esa postura de creer que la Educación de nuestros niños debe ir acompañada de cargas.