martes, 29 de octubre de 2019

CAPÍTULO TRIGÉSIMO CUARTO

CAPÍTULO TRIGÉSIMO CUARTO

"Quiero aprender a que tu nunca serás el mismo aún en el mismo día"


Comenzar este capítulo, me lleva a descubrir que tengo toda una vida por delante para intentar dar respuesta a todo lo que son y a sus demandas.
Quizá tener cada día una carga de trabajo distinta sería lo ideal para ellos y su desarrollo o, puede que lo ideal fuera que tuviesen el mismo ritmo y volumen de tareas, todos los días. Sería más fácil poder organizarse pero... ¿para quién? ¿y si, lo mejor fuera llevar al mínimo esa desproporcionada carga de tareas?
El por qué de estas cuestiones es bien sencillo, en gran medida son las que marcan el ambiente tanto en el aula como en el hogar, condicionan hasta su forma de desenvolverse y es por ello por lo que este capítulo lo considero muy interesante para que aprendamos a conocerles un poco mejor. De todos modos, esta amalgama de reflexiones, dudas, inquietudes y temores, por qué no decirlo, me lleva a:
"Debemos conocer bien las características del fondo antes de invertir en él, ya que esto nos ayudará a entender mejor el posible comportamiento futuro"
Esta reflexión sobre el mercado bursátil me abre un paraíso de posibilidades emocionales cuando me paro a pensar en ellos. Extrapolarla a la Educación, bien podría ser una de las máximas de todo docente.  Ya que, en sus vidas, a cada instante, podemos contribuir a vivir infinitos estados de ánimo en función a la variable que vivencian
Si toda persona se encuentra en un permanente estado de evolución, creo que deberíamos pensar que, un instante en sus vidas, se puede convertir en una historia apasionante que grabarán para siempre o por el contrario, detestar el paso del tiempo.
Y como ya he recurrido a una de esas variables que intervienen en esa constante formación, "el tiempo" quiero abrazarla a otra no menos importante y que en la sociedad de hoy, se erige casi que en el rey de todo y que puede llegar a condicionar cualquier proceso, "El Ritmo".
Nuestras niñas y niños están creciendo en espacios y ritmos de vértigo, donde demandan una escuela más activa y dinámica, quizá nos debamos plantear si los que estamos desubicados somos nosotros. Piden sesiones donde no cuente la hora como losa insufrible e interminable y menos aún esas lecciones magistrales donde lo más que hacemos es demostrar cuánto sabemos, eso, a día de hoy, no conduce a ningún sitio, bueno si, a seguir perdiéndoles y marcando más distancias. Tampoco se trata de mostrar que ellos van montados en un bólido y nosotros en un simple patín.
Ese término medio del que tanto se debate, hemos de encontrarlo y, desde mi opinión, considero que a quienes nos toca, en gran medida, es a nosotros. Simplemente es aplicar el sentido común o si quieres la lógica. Es más sencillo que una persona se adapte a 25 que a la inversa.
"Gánate su confianza y cariño y recibirás el regalo mas preciado, la fidelidad de personas maravillosas"
Importante, antes de entrar en tu cole, deja estacionado en el aparcamiento de las emociones, todas aquellas inquietudes que puedan interferir en la clase o bien, atrévete a compartirla con ellos (adaptando, obviamente el asunto a tratar) porque lo creas o no, es uno de los factores que hacen que sus ritmos emocionales fluctúen con facilidad.
Cuando pienso en el recorrido de una jornada en el "cole" me viene a la mente la idea de la "volatilidad emocional" ¿te imaginas la situación de inversores de bolsa? pues bien, la mente de un niño lleva una velocidad que la puedes multiplicar por mil y mucho de lo que por Ella pasa, depende en gran medida de ti. Debes creerte una persona casi que mágica para ellos, fantástica y maravillosa siempre y cuando creas que ellos lo son.


Por favor, observa la imagen porque existe una simbiosis entre ella y nuestros niños a nivel emocional, sus inquietudes, sensaciones. Bien pudiera por si misma explicar lo que torpemente intento pero ¿querrías una montaña sin curvas ni descensos? y ya no por ti, por ellos, la linealidad les llevaría a renunciar a volver a montarse en esa montaña porque no les aporta nada nuevo. Teniendo presente que en la montaña te montas por un tiempo y momento concreto, sin embargo, un momento con ellos puede ayudarles a construir montañas.
En el siguiente gráfico intento reflejar esa volatilidad emocional, donde los tiempos no debemos ni marcarlos ni parcelarlos, donde la única rentabilidad posible es la de contribuir a su autoconocimiento como personas. ¿Y la media? en este caso es ese equilibrio del que siempre huyo.


"Si observas la mirada de un niño, descubrirás cómo te está llamando para que le conozcas"
"Sus momentos y estados emocionales... déjales que experimenten en su propia montaña, eso si, no te lo pierdas porque desearán con locura contarte" 

1 comentario:

  1. Abrir las emociones del docente hacia ellos no se lleva... y sin esta apertura no se puede conseguir conocer las suyas... Llevas razón amigo... esto lo comprende pocos docentes y lo llevan a la práctica menos aún... Gracias amigo

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