Uno, dando vueltas y vueltas, intentando encomendarse al espíritu de la creatividad e imaginacion, buscando cómo llegarles pero, una vez más, vuelvo a descubrir que lo único preciso, es escucharles.
Conjugar Navidad con la emoción de la alegría, ¿fácil?
Tumbarles en el frío de la mañana en pleno patio, repasar sus siluetas con tizas, personas que están en un proceso de desarrollo con lo que eso conlleva. Nadie, repito, nadie mostró la cara absurda de esa maravillosa etapa, quizá porque no exista, quizá porque los miedos sean más nuestros que de ellos y ellas, quizá porque acrecentamos, los mayores, esos momentos con el:
- Qué pavo tienes
- No hay quien te aguante
- Pues no nos queda nada
- Es normal que estén así
Y podría enumerar cantidad de expresiones que pretenden justificar nuestra actitud en lugar de aterrizar en sus vidas e intentar ver con sus ojos, escuchar con sus oidos, hablar con sus corazones, todo menos pensar que quien está creciendo ni eres tu ni yo, que quien se encuentra en un mar de dudas, de indecisiones, de incompresiones, de ese por qué en un plural que se les vuelve infinito, son ellos y ellas. Quizá y solo quizá, pudiera que esta fuera una poción que acariciase sus vidas. Vuelven a demostrar que la mayor demanda que hacen son los tiempos, la dedicación, el contacto, las miradas.
Alegría es la que yo he sentido cuando han hecho esa cadena de siluetas, en el suelo, desafiando al frío y después la han repasado con colores. Entender que es una llamada con los brazos abiertos a todas las familias que forman pate de sus vidas, incluidos maestros y maestras, para haceros y hacernos ver que quieren vivir descubriendo y experimentando, no siendo aleccionados. Disciplina, seriedad, firmeza, rigidez... lo siento pero no. Dedicación, cariño, templanza, paciencia, AMOR, comprensión y, hasta unas gotas "gordas" de humor, mucho humor.
Alegría es la que yo he sentido al ver cómo se coordinaban para hacer un montaje fotográfico
donde existía la trampa del conflicto, pues no era nada fácil ponerse de acuerdo para hacerlo, ya que las posiciones verticales, estaban estudiadas para crearlo. Pues bien, nada de nada. Me toca la "condena" de continuar aprendiendo.
Y a todo esto, compañeros y compañeras portando "el tablón de la alegría".
Incluso Roberto, acepta, con su estatura, tirarse al suelo, y adoptar la posición más difícil. ¿Conflicto?, pues claro que si pero no los que les enseñamos nosotros, los suyos, normalmente lo resuelven mucho mejor que nosotros. No hagamos niños y niñas cápsulas pues eso no es lo que van a encontrar en sus vidas.
Desde esa aclamación que hacen en su pequeño video y en sus imágenes en el blog, ¿cómo pensar en descansar? Desde el cole Manuel Marín, os deseo una ¡¡¡Feliz Navidad!!!
Gracias niñas y niños por el regalo que nos hacéis cada día.
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