Aunque es una canción que viene a decir "Nunca se sabe" versionada por Bruce Springsteen, The Boss y cuyo autor es Chuck Berry, bien pudiera ser el motivo para una breve reflexión:
El buen maestro es el que cree en aquello que hace y ama a quienes tiene a su lado.
El buen maestro les hace coprotagonistas de cada momento que viven y conoce sus potencialidades y capacidades.
El buen maestro escucha, llega a acuerdos, admite que en ocasiones no está "afinado" y celebra que "el tono o el acorde" se lo de otra persona. Es más, lo celebra.
El buen maestro confiesa que en muchas ocasiones se confunde, no encuentra la forma de conectar pero no desespera.
El buen maestro hasta admite que tiene que cambiar de guitarra (estrategia) porque la que tenía, en ese momento y para esa ocasión, no era la adecuada.
El buen maestro no tiene reparo en hacer "como el ridículo" porque cree en lo que está haciendo, en porqué lo está haciendo y, lo más importante, para quiénes lo está haciendo.
El buen maestro se atreve a romper la rigidez de una programación porque "aquello" no suena bien y además aburre.
El buen maestro es capaz de invitar a que cada instrumento suene con sus características, disfrute de cada instante y deleite al más incrédulo o reticente.
El buen maestro percibe que la sintonía con sus compañeros puede movilizar a masas sin miedo a que otras personas hablen.
El buen maestro es capaz, junto a su equipo, de levantar estadios en pos de la Educación.
El buen maestro demuestra que el NUNCA SE SABE se puede llegar a convertir en una verdad gritada, cantada y bailada por millones de niños.
El buen maestro goza con lo que hace y vive pero sobre todo goza al verles gozar.
Maestras y maestros os invito a que hagáis el concierto de vuestras vidas cada día porque ellas y ellos lo están pidiendo, lo desean.
El buen maestro, como dice "La Seño" es el que cree que para transformar la escuela hay que desmontarla primero.
Quizá "Bruji" esta locura de reflexión te la deba a ti porque te he vuelto a ver.