Un año más nos toca despedir a amigas y amigos, compañeros y compañeras de sexto. En esta ocasión, hemos tenido la colaboración de las familias de tercero de primaria, al aceptar traer una maleta para cada hijo o hija y las familias de cuarto y quinto de primaria al traer cada uno un paraguas. Además de la predisposición y facilidades de todas mis compañeras y compañeros, ya que sin ellas y ellos, esto sería inviable.
Una actividad sencilla pero cargada de simbología y de emociones camufladas en las maletas y paraguas. En la maleta deseándoles una aventura maravillosa, en este viaje, que emprenderán en septiembre en una nueva etapa educativa. Que sean ellas y ellos los que desde la ilusión y el deseo por conocer y descubrir, continúen llenando sus vidas.
Los paraguas para hacerles ver que, no sólo las cosas valen para un solo fin, que en la vida debemos reinventar, debemos crear, debemos hacer golosinas con la imaginación y que un paraguas, al igual que para el agua, para el sol, sirve para apuntar a los corazones de nuestras compis de sexto y que al abrirlos, les enviamos todo nuestro cariño, admiración y los mejores deseos, hasta podemos volar...
Y qué decir de segundo y primero de primaria, así como todos los soles de infantil, desde 5 años, 4 años y 3 años. Ver sus caras, sus expresiones llenas de motivos, sus ojos saltando en el deseo de salir al patio y realizar esa sorpresa a " los mayores". Ha sido lo que da sentido a esta bendita profesión.
Un doble corazón gigante, dentro se encuentran los nombres de cada niña y niño de sexto, escrito por sus compis de cuarto y quinto, el corazón formado por las maletas y niñas y niños de tercero y junto a él, otro formado por los compis de segundo de primaria hasta los de 3 años, portando en sus manos camisetas y telas de colores, esperando una señal, un sencillo número, el 5 para en ese momento, alzar sus brazos y en remolino, GRITAR: ¡¡¡ Buen viaje!!! ¡¡¡ Os queremos!!!
Podría explicar cómo ha ido todo pero, no quiero cansar, sólo volver a agradecer.
