viernes, 20 de septiembre de 2019

ESTAMOS OLVIDANDO A LOS NIÑOS EN LA EDUCACIÓN

ESTAMOS OLVIDANDO A LOS NIÑOS EN LA EDUCACIÓN



Qué verdad es que, al pensar  en lo sencillo,  es donde radica la complejidad. Les estamos haciendo entrar en una espiral donde LA PERSONA, casi que no importa; tablets, la revolución de la sociedad de la informática, los espacios "tri" y además argumentando y casi que condenando y anunciando que es lo que les espera; a todo esto, la dimensión del individuo, relegado a la mínima expresión. Estamos contribuyendo a que crezcan sin saber mirarse a los ojos, sin saber que a oír se aprende guardando silencio. Ya no es crear niños enciclopedias, el galope es aún más preocupante, es hacerles ver que no han de mirar hacia los lados porque eso es entretenerles. ¿'Entretenerles, para qué? para una sociedad que ni tu ni yo sabemos cómo será.  ¿Lo interactivo? cuando cada día veo cómo sus expresiones se vuelven más y más rígidas...Y déjate de escudarte en esa salida llena de intereses.
ESTAMOS OLVIDANDO A LOS NIÑOS EN LA EDUCACIÓN.
Pero, ¿QUÉ ESTAMOS HACIENDO?
"Órdenes" para modificar programaciones sin contar ni consultar, ¿Acaso quienes están en un despacho saben lo que se vive a pie de aula? , ¿lo que cada familia está pasando?... y lo peor no es eso, ¿acaso conocen a los niños? de ahí que ese miedo a que algún día te vengan a ver, ojalá se convierta en la voz para denunciar lo que queda por hacer. Así no vamos a ningún lado.
¿Acaso ver a 200 niños correr en el patio para acariciarte, para tocarte, para llenarte de lágrimas o mocos, para decirte que eres un ser de otro planeta, para que le arropes, para que...?
Pues eso, hoy, en una clase de cuarto, hemos llevado a cabo una dinámica bien sencilla. La construcción de una torre grupal. Cada uno disponía de tres bloques para contribuir en un proyecto común. Sólo había dos premisas a respetar (cuando se les llega desde la admiración, el cariño y la oportunidad de crecer, ponle las premisas que quieras. Te sobrepasan) una era la de no poder decir nada a nadie y la segunda era que, para superar la prueba, "la torre" debería medir más de mi codo (aquí aprovecho para decirles que "el codo" era una medida anterior al sistema métrico y bla, bla, bla ...) si pudieras observar, sus expresiones, el silencio, el respeto, la emoción contenida... LO DICEN TODO.  Porque todo lo que viven, lo sienten como el aprendizaje más maravilloso de sus vidas.
La inmensidad de una ola, queda reducida a la nada si la comparas con sus expresiones.
Gracias niños por enseñarme, un día más, a crecer a vuestro lado.
Porque jamás me rendiré en defender a quienes me hacéis creer que la vida es MARAVILLOSA,  a quienes hacéis que mis locuras cobren vida.
¡¡¡Qué lindo es reír a vuestro lado!!!

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