miércoles, 15 de agosto de 2018

DECIMOSEXTO CAPÍTULO

DECIMOSEXTO CAPÍTULO


Porque quiero que me mires como un alumno y no como un maestro.
Quiero partir de un hecho que debiera ser una máxima para cualquier docente:
 " El alumno debe ser el protagonista en las clases, no el maestro" por consiguiente, queda más que justificado este capítulo.
Necesito que haya un cambio de enfoque, ya que las expresiones de entusiasmo o aburrimiento como tantas otras, proceden de ellas y ellos y precisamente, les llamamos alumnos. Si queremos que todo cambie, que este sistema revierta, no es preciso ni conveniente esperar a los políticos de turno (porque podrías esperar sentado por años sin término, como tampoco ponerles de excusa, dado que cada vez es mayor, dañina y lamentable su incompetencia en este maravilloso mundo de la Educación). Somos cada persona que tenemos el Privilegio de estar en sus vidas, las que debemos empeñarnos en ese cambio. Hoy el foco sigue estando en el maestro cuando, y reitero, quienes nos enseñan a mirar son los alumnos. Sus ojos reflejan todo aquello que desean, que les agrada, que entienden, que no comprenden, que les aburre o divierte y es ahí, ahí donde quiero mirar como ellos porque, en esas miradas es donde realmente se produce la magia en este proceso de enseñanza-aprendizaje, ya que, el que más aprende es el que más cree saber.
Los contenidos los tendré siempre ahí pero a cada niña y niño no, son etapas muy cortas y no quiero perder la oportunidad de cuando, el día de mañana nos veamos puedan decirme:
- " Es que tu nos mirabas de una forma distinta, parecías uno más entre nosotros" Y si alguien piensa o se enoja por poder creer que lo que hago es infravalorar esta bendita profesión, por favor, que reflexione, ya que mi pretensión es, precisamente, todo lo contrario.
No hay mayor regalo, en estos años que llevo junto a ellos que, verles y comprobar que sus miradas se encienden cuando nos vemos, es como rendirles pleitesía por todo lo que me hacen aprender y crecer. ¡¡¡Ah!!! si eres una o uno de esas niñas de los que hablo, con los que tuve la fortuna de  compartir varios años, no se lo cuentes a nadie o quizá sí. ¡¡¡ Pues claro!!! grítalo a los cuatro vientos porque siempre apostaré por una Educación donde se intente aprender partiendo de vuestras miradas.
Nos ponemos a "impartir" concepto que debería estar desterrado de este mundo, ya que es una acción que sólo implica, en su proceso, a un protagonista que, para colmo, nadie le ha dicho que sea el principal, que obvia sus miradas, con lo cual, el primero que deja de aprender es uno mismo. La curiosidad de sus expresiones parece lapidarse ante tanta sabiduría que, en muchas ocasiones resulta inerte y vacía y sin.. ¡¡¡uuufff!!! si pudiera decir lo que pienso, pues si, sin VOCACIÓN.
Necesito aprender a mirar como un alumno porque así caeré en la cuenta de todo lo que me queda por aprender y, no es establecer esa relación de antaño, donde todo se fundamentaba en la concepción de la ignorancia del alumno como confesión de ingenuidad y vulnerabilidad ante cualquier aprendizaje, de eso nada, porque si así lo planteamos, además de ser los primeros ingenuos, nosotros mismos, correremos el riesgo de JAMÁS, repito, JAMÁS aprender a mirar como ellos y menos aún, de conectar con ellos.
Solemos quejarnos de sus miradas dispersas, que se distraen, de los déficit de atención (aquí, lo siento pero se me escapa una triste carcajada) pero... ¿te has parado a pensar?:
- Primero, si lo que les vas a "soltar" ¿te has preocupado por saber si les interesa, o por hacerlo atractivo o si te has molestado en motivarlos para tal fin?
- Segundo, ¿te has medido el tiempo de concentración en más de diez minutos? Al igual te llevarías una sorpresa . Pues eso, incluso en momentos así, nos dan lecciones porque en sus respuestas, ante nuestra ponencia magistral, lo que nos quieren decir con sus miradas, al igual es que el enfoque no es el correcto, quizá que el momento no sea el apropiado o quizá el contenido carece de ese interés que creemos.
 ¿Ves? es por ello que quiero aprender a mirar como un alumno y, no es para ser un gran maestro sino porque vivo con la ilusión y la esperanza de que, cada vez sean más maestras y maestros los que aprendamos a mirar como alumnos.
Prueba a coger a cinco para preparar juntos una ponencia en la clase y acordáis que cada persona se coloca en un espacio distinto dentro del aula, te llevarás una sorpresa maravillosa, además de auténticas lecciones para aprender a mirar como lo hacen. Es "una ponencia a cinco" donde, de forma aleatoria irán interviniendo, ya verás sus reacciones. Si a esto, tienes la posibilidad de sumar el soporte de imágenes con la pizarra digital, de verdad, te llegarás a emocionar. Aprenderás a mirar como ellas y ellos. No es más que llevar al aula las técnicas, estrategias y rentabilidad de tiempos a modo de espacios informativos y televisivos. Porque ellas y ellos "navegan" así y puede que a quienes nos toque aprender a "nadar", sea a nosotros.
Probemos a jugar con ellas y ellos a "mírame como yo te miro", seguro que obtendremos conclusiones que, dependiendo de cada caso, en algunos reforzará nuestra mirada y en otras, es posible que nos lleve a una reflexión sobre un cambio de la misma.
Este próximo curso vamos a llevar, más que nunca, las matemáticas a nuestra área, "Reli" desde la más profunda admiración y respeto. Intentaremos descubrir que Eratóstenes y, con su " Criba" cometió un error garrafal ( naturalmente, ajustando el "error" a la sociedad en la que se mueven nuestras niñas y niños). Deberíamos llamarles números "egoístas" y no primos, ¿te imaginas sus miradas?) y así arrancar sobre qué supone ese egoísmo de por mi mismo y por la unidad  y confrontarlo a la generosidad y a ese mundo repleto de valores que parecen dormitar. Al igual se puede aportar un granito de arena para que vean la Enseñanza como algo que les hará crecer de otra forma distinta.
Esa es la mirada que yo quiero aprender a tener y por ello, quiero terminar este capítulo inconcluso con una sugerencia, si se me permite y con una pregunta:
Si queremos aprender a mirar como alumnos, ¿te has parado a pensar, cuántas miradas te estás perdiendo cada día con la distribución del aula con esas "malditas filas?.
Por cierto, al emplear tantas veces el verbo "querer" no es más que por aquello de desear, de voluntad, de lograr, de soñar, de sentir, de empeñarme, de buscar, de ...porque creo que ahí encontraré cómo mirar como lo hacen ellas y ellos.

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