En esta ocasión, sus expresiones no aparecen pero, te aseguro que lo que se vierte aquí, es fruto de contemplarlas.
Aunque, en carnavales, la Educación, jamás debiera disfrazarse, es cierto que lleva mucho tiempo cambiando de disfraz sin atenderles a ellas y ellos. Eso sí, al igual la educación pudiera plantearse aprender a vestirse con sus sonrisas e ilusiones. Pero eso lo dejamos para los expertos.
Esta semana hemos estado en una fase de motivación y preparación pero, la pregunta es: ¿para quién?, la respuesta es bien sencilla, para uno mismo; ellas y ellos regalan motivación, todo les parece poco, sus ojos son capaces de abrirse hasta lo inimaginable. Cuando uno piensa que les costará hablar en público, te llega Raquel y a las primeras de cambio, abandona su folio y lee mirando, interactuando con los presentes. Cuando tu intención es que no tengan miedo, te llega Félix y, sin borrador, se atreve a hablar hacia los demás. Cuando ves a Cinta levantarse y decir que lo quiere hacer...
Cuando uno prepara el Congreso sobre Tristeza y observa todo lo que te enseñan, se plantea si no ha confundido la emoción, pero no.
Ser un testigo privilegiado de ver a Raquel compartir, cómo siente tristeza cuando piensa que perdió a su papá en un accidente... lo siento pero, ahí me gustaría ver a tantos y tantas expertos en educación emocional, no por nada, sino para que pudieran gozar de cómo una niña, es capaz de compartir, desde su más profunda tristeza, un mensaje desde el mimo y la delicadeza jamás dibujada.
Ha sido una semana un tanto complicada, emociones encontradas, ritmos contrapuestos pero, ¿para quiénes?, ya te digo que no es para ellas y ellos. Al igual los ritmos también deberían cambiar, lo piden a gritos.
Por favor, no les enseñemos a tapar sus rostros, porque parafraseando a Bécquer, "quien puede hablar con los ojos, también puede besar con la mirada". No puede ser que les enseñemos a taparse," no se vale" como dice " mi Seño" que les hagamos actuar en un teatro cuando el escenario ni si quiera lo han elegido. Aprendamos a escuchar sus ojos y a recibir cada beso de admiración que sus miradas nos regalan cada día.
Los gritos que esconden, jamás debiéramos obviarlos, y como en alguna ocasión he leído:
" Si el joven es el producto del niño, el hombre es el producto del joven; en ese sentido el niño es el padre del hombre".
Cuando entendamos que son el motor de cada amanecer, de cada estudio, de cada alegría, de cada lágrima, de cada ilusión, de cada esperanza, de cada sueño, de cada ... al igual sea posible que estemos en el camino de darles lo que se merecen.
Ellas y ellos no se camuflan en un fiero león, desnudan su ser en un cachorro henchido en ganas de vivir y la sabana de sus vidas, además de las FAMILIAS, ha de ser la ESCUELA.
Tristezaaaaaaaaa, ven y aprende de ellos y ellas porque te vendrá bien.
Contamos los días para abrir el telón y verte en sus caras.
Niñas, niños, un día más graaaciaaaassss.
Me enseñáis a leer desde la tristeza, rapeando, desde la alegría.. abris una dimensión infinita de qué es ser un privilegiado al poder estar en vuestras clases.
Feliz Carnaval.
Por cierto, a ti mamá, papá, abuela, abuelo, tita... no os lo perdáis, intervienen grandes expertos en la materia. ¿quiénes son? Ya lo sabéis de sobra, ELLAS Y ELLOS.