miércoles, 2 de abril de 2025

"OTRA DIMENSIÓN"

 El corazón y la mente se conectan para aprender y desarrollar la inteligencia emocional, la cual permite enfrentar desafíos y gestionar las emociones.

Vamos a partir desde esta realidad que pone de manifiesto que, el aprender con alegría es un refuerzo positivo que el cerebro tiende a repetir.


Si te animas, adelante porque puede que sea un momento más que interesante.

Centra tu lectura, no en lo que lees y si en los corazones y mentes de quienes llevan a cabo esta sencilla dinámica, nuestras niñas y niños. Esos seres locos por vivir experiencias, por contagiar entusiasmo, de quienes resulta casi imposible no contagiarse y a la vez, aprender de sus deseos casi sin hablar, conectar y que cada dinámica cobre vida de una forma, cuando menos, casi que "involuntaria".

¿Recuerdas la canción del Cola- Cao? y pensarás que esto a qué viene... pues imagínate; para empezar una clase les pregunto que canción desean y así, no es de extrañar que cualquier persona que vive y convive con ellos en el aula, descubre la capacidad que tienen para sorprenderte, para hacerte sentir un privilegiado, cuando les ofreces la posibilidad de elegir, de ser protagonistas y que en tu sorpresa, todo sea aprender a ESCUCHAR, a EsCuChAr, a escuchar...

- David, queremos la canción del Cola Cao

¿Sabes a dónde se fue la programación, verdad? o quizá el planteamiento fuera otro... ¿desde dónde hay y para quiénes hay que programar? ¿a quiénes necesito para hacerlo?

Les he preguntado si se encontraban bien y sus respuestas eran siempre la misma, imagínate las sonrisas de complicidad y el clima que empezaban a generar en la clase.

Fue escucharles y tomar de sus vidas mi infancia, de sus respuestas mi anhelo y añoranza. Imagínate a uno, al que llaman maestro, perdido entre sus miradas.

Les pido que se emparejen por niños por un lado y niñas por otro (¿extraño?) han de colocar una de sus manos en el pecho de la otra persona para intentar sentir su corazón y créeme, no ha existido ninguna reacción adversa, es más, eran ESPONJAS.

Se tenían que mirar y una de sus manos ir al corazón mientras que la otra mano, tenía que descansar sobre la cabeza de la misma persona. 

A todo esto, el silencio debía ser exquisito.

Comienza la situación y prácticamente nadie, a la pregunta de si escuchan el latir de sus compañero ofrece un SI. La canción arranca y pueden moverse, bailar sin retirar las manos, no pueden emitir ningún sonido, "sólo sentir" ¿Crees que han sido capaz?

Al término de la canción les invitaba a pararse y disfrutar de quienes tenían a su lado, de cómo sentían, de cómo se miraban, de sus expresiones.

Habéis llegado a "conectar" con el corazón de la otra persona  no sólo con el corazón sino con su mente.

Qué me habría gustado verte ahí. El espacio de la clase se hizo, una vez más minúsculo, y sus reacciones eran tan sinceras y llenas de vida que, ojalá, sus manos además de poder ir al pecho de una compañera, pudieran tenerte a ti y compartir esa actividad.

Decían que así les gustaba vivir en el cole, saber que sienten y que los demás sienten.

Una niña me preguntaba por el sentido de la otra mano en la cabeza...

- Esa mano es la que te hace ver que, como tus emociones, las demás personas, también las tienen, que eso de empatizar no se trata de ponerse en el lugar de la otra persona, ya que resulta imposible pero si, el acercarte a su vida e intentar comprender qué está viviendo. Es la conexión tan increíble de todo tu ser, saboreado y descubierto por la otra persona.

Querían repetir y, te aseguro que lo mejor vino a continuación UNA CLASE PERDIDA (que llevaba provocando desde hacía tres semanas) la han convertido en una de las lecciones más bellas y delicadas que me han podido ofrecer.

Vente un día y vuelve a ser como esa niña y niño que, dentro de ti vive.   


Algunos de esos momentos, los tienes reflejados en estas imágenes pero, nada, nada de lo que pueda ofrecerte o describirte, tiene que ver con lo vivido.






Una vez más... ¡¡¡GRACIAS!!!