Deshacemos y unimos
Aprovechando los días de cielos azules, la sorpresa no se deja esperar. Dinámica en el patio.
Tan sencillo como dos cuerdas y el grupo dividido en dos. A cada uno se le asigna una cuerda y la pregunta la lanzan con impaciencia:
- ¿Y ahora qué?
Se trata de, en tres minutos, (dar pautas para descubrir que ellos no tienen problemas para aceptarlas cuando de lo que se trata les divierte, les intriga...) hacerle cuantos más nudos mejor.
¡¡¡Tiempo!!! verles cómo se organizaban era disfrutar como un pequeño soñador y creyendo en ellas y ellos.
Cómo se distribuían a lo largo de los tantos metros de cuerda, cómo se ayudaban para anudar, cómo volaban en ese tiempo...
Tras esta primera fase, se les felicita por la actividad y tras un mensaje sencillo: NO DEJÉIS QUE EN LA EDUCACIÓN NI EN LA VIDA, NADA OS ATE A LA APATÍA NI A LA DESGANA.
Y se les vuelve a dar un tiempo, en esta ocasión, cinco minutos y además con un cambio. Las cuerdas cambian de equipo y... ¡¡¡ Tiempoooooooo!!! guaaaauuuuuuu. es maravilloso verles.
Lo han logrado, y ahora el mensaje que se lanza es: ¿ALGUIEN PODRÍA AFIRMAR QUE LO HA LOGRADO SOLO?
Vamos más allá. El siguiente paso es recoger unos 40 trozos de cuerdas de colores,
colocados en el centro de la pista y que tendrán que unir a las dos cuerdas grandes (entre todo el grupo), para ser toda la clase la que realice la dinámica. También tienen su tiempo pero, lo logran antes de finalizar, con lo cual el estallido de júbilo pareciera el canto más bello.
Continuamos. Ahora debemos separar la cuerda sin unir los extremos.
Ni que decir tiene que lo logran (vuelven a darme una verdadera lección de organización y coordinación) y ahí, para terminar, se les lanza la última prueba. Nos toca recoger la cuerda ( aproximadamente más de 60 metros de cuerda) sin que toque el suelo, de ser así, tendremos que volver a empezar.
¿Dudar de si lo han logrado? ...
Un día más, niñas y niños gracias por hacerme sentir un privilegiado.