"Congreso soñado"
Familias gracias por vuestra entrega, por vuestro ejemplo, por cada suspiro con los que habéis llenado la sala de fragancia, de esa que sólo se puede sacar de dentro cuando uno tiene la suerte de estar con ellos.
RAQUEL, gracias porque has superado cualquier expectativa sobre autocontrol, sobre como dominar ese volcán que llevas dentro y que algún día descubriremos que lo puedes tornar en el valle más precioso desde esa voz melódica y tierna a la vez.
CAYETANO, gracias por estar y aprender que quieres hacer pero que necesitas descubrir tanta maravilla como tienes dentro de ti.
ANA, gracias porque hoy me ha llamado la dulzura y me ha dicho que quién es esa niña que le está plagiando. Perdona, tú existes porque hay personas como ANA, no te equivoques. ¿Cómo puedes llevar tanto en ese cuerpo? Sigue así y además, continúa regalándolo.
ELISA, gracias maestra, por tu silencio, tu espera, tu mirada, tu deseo de comunicar, tu tono, tu querer gritar a los mayores lo maravilloso que es ser niña viviendo siendo niña y no permitiendo que te empujen las prisas.
CAYETANA, gracias porque hoy la respiración se ha hecho visible en tus ojos, en tu expresión, en cada hálito contenido. Hoy has sido terciopelo en tu voz y en tu mirar, pero con la fuerza de un torrente. Porque has vuelto a enseñar que la vida hay que paladearla desde la inquietud o el miedo, desde el sueño o la realidad.
LUCÍA, gracias porque se puede cerrar los ojos y dejar que me guíes, celebrar que en tu voz no se encuentran recovecos para adornar aquello en lo que no crees. Gracias por tener la edad que tienes y enseñar que se puede tener tanto dentro.
PAULA, gracias porque nos hemos encontrado, porque estás sacando de ti, pausas, miradas, ausencias en la presencia, sonrisas contenidas y miradas poderosas. Gracias por enseñarme que desde la timidez se pueden contemplar y admirar la cantidad de inquietudes que llevas en la mochila de tu vida.
MIRANDA, gracias porque contigo todo es fácil, vivir es sencillo, reír resulta bonito hasta cuando lloras. Gracias por enseñarme que para templar no hay que tener un máster sino un corazón y una persona como la tuya.
BLANCA, gracias porque te has demostrado a ti misma todo lo que te queda por descubrir. Porque llevas en tu nombre algo maravilloso, no dejes que el resto de colores tape el tuyo jamás. Hasta encorvada has demostrado que no hay colina que no quieras escalar.
CLAUDIA, gracias desde la más profunda admiración. Porque contigo el entusiasmo, esta tarde se ha ido de fiesta. Porque verte llamando con tu mirada, buscando con tu voz, ha sido la impresión de creer que uno sueña despierto.
MANUEL, gracias por saber ser y por saber estar, por ser consciente de que ese momento era tuyo, de querer que no pueda ser no querer, de saber que para querer hay que querer conocer. Gracias por esas ansias por conocer y vivir.
MARÍA, gracias por buscar desde lo cayado, por levantar la mirada desde tu inseguridad, por querer descubrirte cada día y por no mirar para los lados cuando quieres comprobar, cuando estás indecisa, cuando el todo de los impedimentos lo diluyes en una sonrisa.
ANNE, gracias por llevar dentro la generosidad vestida de cascada, por levantar la voz callada y hacer que el tiempo se pare. Gracias por hacerme creer en la magia de vuestro mundo, porque de personas así se llenarán los días de otros muchos niños.
JUAN, gracias porque ser testigo de una persona con tu edad y que al abrir la boca inunde todo, lo rocíe de sencillez, de claridad es un regalo. Esa firmeza con la que tocas, con la que miras. Ser capaz de captar la atención en un simple instante sólo lo puede hacer quien lleva dentro un manantial de emociones por explotar.
ALICIA, gracias por llevarme al mundo del temple, del querer vociferar desde el silencio, que la vida es un hermoso cuadro en el que los pinceles os pertenecen a vosotros, niños y niñas.
PABLO, gracias por darme una bella lección. La de saber estar y aceptar que no era tu día. Por estar en primera fila, por acercarte y confesar, aceptar, eso lo hacen personas muy grandes. Continúa creciendo.
RAÚL, gracias porque has sabido mirar más allá de donde llegan los ojos, has querido que tu voz la escuchen quienes no saben oír. Gracias porque haces que creer en vosotros sea la aventura más maravillosa.
RAFA, gracias por mirar, por tus suspiros, por tus búsquedas y dudas. Gracias por saber qué te hace feliz, por no dejar que la presión de los mayores te quiten el duende que llevas en ti.
ELSA, gracias porque lo fácil a ti, te envidia, porque el compañerismo te pide consejos, porque escucharte hace que todos seamos más niños. Gracias por hacernos ver que no hace falta creer que se puede ser grande cuando la grandeza reside en las personas como tú.
IRENE, gracias por entender que ya tienes que saltar al vacío de ti misma para que no desaproveches todo aquello que llevas dentro. Gracias por entender que las ocasiones que pasan, no son perdidas sino aprendidas.
ADAM, te echamos de menos y se que la ilusión por transmitir la tienes por lo tanto, para la PRÓXIMA, te espero en esa impaciencia que llevas en ti´.
GRACIAAAAASSSSS POR DEJARME Y ENSEÑARME A SER NIÑO CADA DÍA CON VOSOTROS.