martes, 26 de septiembre de 2017

Cuento "El Mago de las cuatro ramas y la familia de Conejos"

El valor de los cuentos, su magia, fantasía, imaginación sus tiempos, sus risas, sus lágrimas, sus valores... no puede ni debe caer en un saco roto cuando comienzan  la etapa de primaria curso tras curso.
 Estos días, como elemento motivador para el tema de la naturaleza y el valor de la generosidad, el desprendimiento, la entrega, la confianza, para sensibilizar de una realidad en la que, son coprotagonistas de todo lo que en su entorno acontece, llevamos a cabo la puesta en escena del cuento: "El mago de las 4 ramas y la familia de conejos".
 Todo transcurre en un pequeño pueblo, sencillo, pobre y cada vez más y más falto de agua. El río se secaba, la hierba se perdía, los árboles no daban frutos... es aquí cuando entra en escena el hermano conejo que, todas las mañanas salía a pasear por aquellos lugares y todas, todas las mañanas regresaba llorando. Aprovechamos para hacer de conejo y llorar desconsoladamente (¿sus caras?).
Una de esas mañanas algo cambió, se escuchó un estruendo (se crea un ambiente de gran silencio para desde el mismo, acercarnos a la pizarra y cuando más metidos están en el cuento...¡ zas! con grandes golpes sobre la pizarra, rompemos ese clima) y aparece "el Mago" y sus cuatro ramas.
Tras una breve conversación con el conejo, le hace entrega de 4 ramas mágicas y le advierte que debe emplearlas bien o de lo contrario se secarán. El conejo, sorprendido las acepta y se marcha de regreso a casa. En el trayecto se encuentra a un burrito necesitado, le entrega una rama para ayudarle, confiando en las palabras del Mago, asi pasará con una señora mayor y con un gallo. Sólo le quedaba una rama y al entrar en su casa se percató de ello. Pero allí se encontró a su hermana llorando y sin más, le entregó la única rama que le quedaba, en ese preciso instante, un nuevo estruendo, el "Mago" otra vez.
Parecía enfadado, muy muy enfadado, porque veía al conejo sin sus ramas, tras preguntarle por ellas, le invitó a salir de la casa y, muy temeroso, el conejo asustado abrió la puerta de su hogar, pero no dio un solo paso. Giró su cabeza para dentro con una tremenda sonrisa... (aquí se les invita a que averiguen el desenlace del cuento, ¡alucinante! más de la mitad de la clase, " lo clavaron"). Confieso que me emocioné al vivr ese momento tan mágico.
Una vez hecha la valoración por parte del grupo, se les enseña una gran bolsa con algunos disfraces, telas y otros objetos.
Les pregunto:
- ¿Qué podemos hacer con todo esto?.
Una niña contesta:
-Le podemos dar vida al cuento.
¡Uuuffffff!, el resultado, para no aburrir mucho más es este:



Resultó que el mago se convirtió en una " Maga". Verle y escucharle... siempre diré lo afortunado que soy. Gracias