Puede que el titular de este artículo, te lleve a creer que no todo vale para estar junto a los seres más importantes de nuestras vidas. ¿Un gorrión?
Quizá, cuando acabes de leer este artículo, hasta te plantees si deseas ser madre, padre o hijo o hija, sea como fuere, desde nuestro espacio, siempre apostamos por la grandeza del ser humano para hacer de la miseria una grandeza y de la grandeza, una receta de humildad para compartir.
¿Me dejas que te plantee un reto? se que tu si es incondicional, como lo es el de tu hijo/a y es por ello que me atrevo a pedirte una cosa... ¿Eres madre/padre o hijo/a? respóndete a ti antes de seguir leyendo...
Hoy hemos tocado el corazón, "rascándolo y acariciándolo" de ambas formas, la intención era hacerles parar el ritmo "en seco" sentarse a pensar, escuchar aquello con lo que viven cada día y no escuchan (sus propias vidas)
Te recuerdo que nuestras clases son los viernes a primera hora, imagina... último día de la semana y nos toca "reli" vaya telaaaa. Pues bien, parece que ni es viernes y mucho menos a primera hora, hora de "instrumentales" pero, qué mayor "instrumental" que sentir sus cuerdas, sus suspiros, sus posturas y miradas, qué mayor instrumental que deleitarte con la melodía de sus palabras...
Y ahora toca ponerse en situación:
Saben que lo que llega, desde el respeto y admiración más profundo, no les va a gustar, aún así, la predisposición es realmente admirable.
¿Somo mayores o nos lo estamos creyendo? pero... ¿a qué precio?
Puede que no lo esté enfocando con claridad pero si lees ahora...
"Esta juventud está malograda hasta el fondo del corazón. Los jóvenes son malhechores y ociosos. Ellos jamás serán como la juventud de antes. La juventud de hoy no será capaz de mantener nuestra cultura"
Por vigente que pueda parecer esta reflexión, fue encontrada en un vaso de arcilla en las ruinas de Babilonia, con más de 4000 años de antigüedad.
Es por ello que, la lectura es bien sencilla:
Dejar que las cosas pasen, por mucho tiempo que transcurra, cuando afecta al desarrollo de la persona y por ende a la interacción y convivencia, es como para pensar si realmente somos un ser inteligente o sumamente egoísta.
No vale achacar esta situación a las consecuencias de una sociedad moderna o posmoderna porque las discusiones y divergencias entre padres e hijos, se remontan a tiempo inmemorial.
Ya estamos aterrizando en la actividad en si, ¿Cómo me dirijo a mis padres en casa, en muchas ocasiones?
Mira el video y luego analiza, por favor, pero antes déjame adelantarte que, sin llegar a los 40 segundos de la exposición, tenía toda la clase la mano levantada y preguntarás el motivo, bien sencillo. Si alguien se identifica con la actitud del hijo hacia su padre (en nuestro caso abrimos el abanico al entorno familiar)
Tras verlo el... ¿cómo te sientes? era inevitable y es ahí donde "rascar" sus corazones y hacerles ver que, cada uno, desde sus circunstancias familiares, la primera deuda que contrae es la del cariño y respeto.
Fue una mañana mágica pero... ¿y cuál no?
Pablo Galindo, profesor de Antropología y Educación social en la UNED y de Sociología en la Universidad de Granada, dice que en las familias se ha pasado de una dinámica de cierta autoridad y rigidez a una extrema permisividad, en la que todo se puede negociar y el adolescente tiene capacidad de decidir. Y esa falta de autoridad, en su opinión, lejos de reducir los conflictos intergeneracionales, los está agravando porque muchos niños han crecido sin límites en la infancia y se han convertido ahora en chavales irrespetuosos que llegan a insultar, amenazar y agredir a sus padres.
Y vuelvo a incidir que todo lo que lees es desde el respeto más profundo.
No vale creer que el panorama es tan desolador y máxime cuando les "rascas" y no tardan, nada, en reconocer que meten la pata, que en ocasiones son demasiado exigentes.
Puede que de vez en cuando, el sentarnos en uno de los bancos de sus vidas y les refresquemos qué es un gorrión, haga que la convivencia y la valoración por la vida y por cada persona que forma parte de sus vidas, haga que todo sea mucho más bello de lo que ya lo es.
De verdad, clase de sexto, GRACIASSSSS porque hacéis que a vuestro lado, aprender sea lindo, lindo.