martes, 25 de marzo de 2025

De "GRACIAS" en "GRACIAS"

 


Aterriza en la Educación más bella, en la Educación que te hace crecer hasta lo insospechado, la Educación que te regala la posibilidad de creer que, pensar en sus vidas, es la mejor forma de programar lo que, instantes después, desbaratan con el inmenso mundo interior que tienen y que tanto desean que conozcamos pero, claro, ya sabes, pararse en eso, es perderles el tren de la vida... 

Ya nos conocemos un poco como para que entienda que, te entren ganas de correr y detener a tanta prisa.

Es una clase de infantil y parece que andan un tanto alterados pero, ¿y si tu tuvieras esa edad? ¿no te gustaría levantarte y correr? si tuvieras la oportunidad, ¿no te gustaría hacer más grande el espacio y arrinconar la silla?

De "GRACIAS" en "GRACIAS" se para en la etimología del término GRACIAS y nos remontamos al latín y al griego para saborear su "alabar en voz alta" Puede que sea con una connotación religiosa pero, en esta ocasión, viajamos hacia un horizonte más cercano.

Cuando te sube la tensión, pudiera parecer una expresión y situación de riesgo (el riesgo real es no hacer por descubrir lo apasionante que es estar con ellos) y cierto que lo es, ojalá que así fuera siempre. Qué bonito es proponerles y encontrar SIEMPRE sus respuestas a sabiendas que, "tu pulso" se llena de Alegría al verles compartir una dinámica tan sencilla como esta. Descubrir que sus enésimas lecciones se convierten en el motivo más bello para no rendirte.

Es desear que ese ritmo lo sientas volar al mirar sus expresiones, cuando sus intenciones corren por "servir" por "escuchar" por " dejar su yo" para entregar parte de su ilusión por hacer nacer un "GRACIAS" desterrar ese "Yoísmo"... ser testigo de la inmensa satisfacción que pueden llegar a provocar en otra persona.

Que ¿de qué estamos hablando?

No pierdas detalle.

Todo nace desde una sencilla historia de una abeja,  " La abeja Haragana" (aunque desconocen el término, en breve creamos el ambiente de la holgazana, de la persona perezosa y les pedimos que, con su lenguaje corporal, reflejen en la clase esa actitud... ¿te imaginas toda la clase "echada por los suelos, sobre las mesas, en la asamblea? imagínate el contagio porque acabamos así toda la clase. ¿Qué habrías pensado al verles? ¿Te habrías animado?

Tras recrear la historia de esa joven abejita, se les ofrece , en sus sillas, la posibilidad de colorear a una abeja o bien, una colmena (el yo y el nosotros)

Empieza lo bueno.

Una vez que han optado por una de las dos, aparece el claxo de un "payaso" y es a partir de ese momento donde la magia, se hace presente. Cada niña y cada niño, tienen delante la obra sobre la que van a crecer como artistas peroooooo, cuando oigan el claxon (a su "pipí, pipí") deben levantarse, dejar su creación y marchar hacia otra de cualquier compañero y continuar con ella. 

¿Te imaginas? estamos soñando con los ojos abiertos porque, desde el juego, responden a una disciplina de rechazo a un yo alimentado en exceso, en muchas ocasiones, son capaces de abandonar lo que estaban haciendo, al mismo tiempo, aún sin saberlo, es una toma de decisiones bárbara y maravillosa a la vez porque, cuando se ven frente a la creación de otra persona, deben inclinarse por continuar con ese estilo o acuñar el propio.

¿Cómo vas?

Espero que bien porque esto va in crescendo.

Ahora introducimos una variante más para conectar la experiencia de "la abeja" con el GRACIAS, hacerles ver que cuando se les dice "NO" no es por capricho y, por favor, cuando lo hagas que no sea un "No porque No" que sea razonado y consensuado porque les encanta cuando te paras en sus ritmos y les cuentas, les explicas (es el "no" del resto de las abejas a entrar en la colmena a la haragana)

Necesitan de muchos colores y no cuentan con ellos por lo tanto, cuando necesiten uno (descubrir lo bello que es pedir ayuda) tendrán que alzar la voz y pedirlo.

Recrea en tu imaginación esta situación:

Un niño necesita un color que otro compañero está utilizando, de inmediato, ese compañero suelta su color, se levanta y se lo lleva a su compañero, se escucha un "Gracias" ahí revienta todo de entusiasmo.

Ya tenemos el  "Gracias" de Rubén a Izan

Toda esta expresión la decimos a voz en grito y... es un no parar. Ya tenemos el "Gracias" de Celia a Sergio. Ya tenemos el "Gracias" de Enzo a Héctor...

Es un no parar pero... aún hay más.

Aparece el claxo y cuando suene, debemos cambiar de lugar, como indicamos con anterioridad. Les da igual, es mucho más importante el dar respuesta a la necesidad de un compañero, la alegría de escuchar un "Gracias" que sentir propia una obra. 


¿La ves? la niña que optó por el "yo" de la abeja, de verdad, ver su expresión cuando sobre su obra, se vertía la ilusión de otro compañero o compañera, quizá sea de los regalos más bellos, verla sentir como su "yo" se hacía más grande con el "nosotros"...


La colmena era tan querida que, el claxo necesitaba correr para escuchar ese "GRACIAS" que cuando sale de seres como ellos, suena a terciopelo y a brisa, a subir el pulso para querer tener la oportunidad de hacerte como ellos.

Quizá el verles cómo te miran y dicen:

- David, le he dicho gracias a Marco porque me ha prestado un "rotu"

- David, Mateo me ha dejado un "rotu" rojo y le he dicho gracias.

Ver como algunas de estas "personitas" estaban más pendientes de complacer que de hacer...

Por favor, déjales ser y que en ese descubrir de su SER, te vean a su lado.

Con todo el cariño y admiración, Nuestra Amiga, la abeja "Haragana"




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