Quizá de las dinámicas que más me han enseñado, me han hecho disfrutar (¿más?).
Verles en un espacio donde deberían pasar más tiempo, donde se les ve organizarse espacialmente, donde el escuchar es de las actitudes más bellas de esta vida, donde lo abstracto cobra sentido... donde aprenden a escucharse, donde no hay voz de mando sino consenso y reflexión, donde el YO, es la suma de todos NOSOTROS, donde la toma de decisiones es una ALEGRÍA y no una carga...
Sencillo, nos vamos al patio y les pido que formen la figura de un cuadrado, tomados de las manos y sin poder hablar. Me encantaría que les vieses, de hecho, el sábado lo hago para compañeras y compañeros, en unas jornadas de Educación Especial. Y les he prometido contarles cómo fue. (De verdad, si conseguimos despertar el entusiasmo por hacerles descubrir, el ÉXITO de la Educación, está asegurado y cuando digo de la Educación es porque EDUCACIÓN es igual a ELLOS)
Pasamos del cuadrado a, la posibilidad de hablar... ¡¡¡uuufffff!!! el resto, pregúntale a tu niña y o niño, rectángulo, lápiz, silueta de corazón... Rectángulo, lápiz, ...
Pablo al terminar la dinámica, en 4 de primaria decía:
- Ya entiendo la moraleja de la dinámica.
Mientras más "grandes" son los cursos, más difícil es organizarse.