¿Cuántas veces les ves llorar y, al igual, hasta les riñes? En el mejor de los casos, te acercas, le abrazas y le preguntas qué le pasa. No por saber qué están sintiendo sino por no interrumpir tu ritmo.
¿ Sabes que llevan casi 60 días "acatando normas, leyes, condiciones, restricciones, malditas tareas, de quienes en muchos casos, presumen de plataformas, aislamiento de amigas y amigos...?
¿Cuántas veces te has parado a mirar cómo sus lágrimas hablan mientras resbalan por sus mejillas, respetando su ritmo como ellas y ellos lo están haciendo?
Aprendiendo que cada lágrima, no es un grito de desesperación sino palabras encadenadas, desde ese inmenso campo emocional que son y que desean contarte cómo se sienten.
Y al igual, cuando vuelvan al aula, lo primero sea hacerles "agachar" la cabeza y trabajar como mulas, recuperando el tiempo perdido. Si así piensas, cuando vuelvan, siéntate tu y agacha tu cabeza porque al igual, no has entendido nada de nada.
Familias felicidades por las hijas e hijas que tenéis. Familias, felicidades por cada instante que dejáis y acompañáis sus lágrimas y momentos.
Son seres extraordinariamente indescriptibles.
