Comenzamos, dentro del proyecto en valores, las semanas de la frustración. Qué mejor forma de hacerlo que convertirlo en un momento de intriga, de misterio, de incertidumbre, de duda, de todos aquellos elementos que hacen fuerte, precisamente a la frustración. Esa vivencia emocional que, aprendiendo a tolerarla, nos ayudará a afrontar diversas situaciones desde una actitud positiva.
Cada niño y niña, traerá una sábana de su casa, a ser posible de cama de matrimonio. ¿ por qué?, muy sencillo, porque además de desconcertarles a ellos, también se pretende que suceda lo mismo con las familias y se pregunten lo mismo.
La Educación siempre debe ser tan grande que sea capaz de generar intriga.
Esos días, siempre pretendo que, imaginen, que crean, que sean capaces de inventar, de soñar hasta que llegue el día de la dinámica.
Verles llevar, una semana previa, su sábana a clase, es como para sentarse en sus expresiones y recrearse por muchísimo tiempo.
Llevan un tesoro. Alguna dice que quiere llevar una sábana de su cama,
otro dice que la suya es muy grande, alguna que ...
Ya tenemos todas las sábanas y no es tanto la actividad en sí, como el proceso. Vamos a trabajar sobre la frustración, impulsividad, impaciencia, inseguridad, miedo, ansiedad, angustia... pero de forma lúdica, apostillando que el juego, para mi, continuará siendo el mejor puente entre ellos y el aprendizaje.
Se invita a cuatro de ellos que abandonen la clase y dejen sus sábanas en sus sillas, con lo cual la incertidumbre crece. Las persianas se bajan, quedando una luz ténue.
Cada niño y niña, sentados en sillas que no sean las suyas, recogerán las piernas de manera que no se vean. Con las sábanas cambiadas, todos se cubren a modo de fantasmas y los brazos, todos por igual, ¿te lo imaginas? se que si.
Una vez que la estampa fantasmagórica esté lista, se les invita a entrar en la sala a los cuatro compañeros (ver sus expresiones...) y todo comienza.
Ver reacciones, silencios, contener risas. Se les explica que deben identificar quién hay bajo las sábanas.
Naturalmente, es una invitación a errar, a confundirse, a dudar, a saber que todos estarán pendiente de su fallo, de saber darle la mano al miedo y no creer que el sentirlo es sinónimo de ser una persona cobarde, en definitiva, hacerles ver que la frustración, lejos de ser un ogro en la enseñanza, en sus vidas, tanto familias como ellos y ellas, deben considerarla una aliada, que no podemos caer en el error de una sobreprotección y menos aún de intentar complacerles en todo momento porque es la forma de alimentar la cara más peligrosa de la frustración.
Se acercarán a "los fantasmas" y tratarán de adivinar de quien se trata. Si adivinan quien es el fantasma, les da un abrazo con sábana incluida,
reacción que no esperarán.
Si por el contrario, no aciertan, escucharán un ¡nooooooooo! como si se tratara del fantasma más temido. Jugando también con camuflar el tono de voz para no dar información. Tendrán que insistir, tendrá que tomar decisiones.
El resto de la dinámica, es igual de sencilla, saldrán de cuatro en cuatro e introducimos todas las variables posibles.
Siempre diré que lo mejor de estas sencillas actividades, se queda en ellos y ellas y en sus clases. Hacer una valoración creo que sería escribir más de la cuenta porque la verdadera evaluación son sus personas.
Si aprendemos a sembrar en sus vidas, la frustración como una semilla llena de oportunidades, ellas y ellos verán SIEMPRE, la vida como un prado en el que, darse abrazos, jamás será una quimera.
Jamás podré llegar a adivinar qué han experimentado pero verles... de verdad que el mundo, a uno se le hace estrecho. Pero si esta noche, alguna o alguno, a la hora de dormir, al acariciar sus sábanas, recuerda que la frustración desea ser una de sus grandes amigas en la aventura de la Educación... uuuufffffff.
Cuánto aprender de estas maravillosas personas.
Una vez más gracias.
